Pedro Quinto (24) es un joven de nacionalidad peruana. Llegó hace tres años a nuestro país en busca de una aventura. Su hermana menor Katherine Quinto (18), desde hace un año lo acompaña en esta travesía. Juntos trabajan en el centro de nuestra capital.
Todos los días Pedro comienza su labor a eso de las once de la mañana para vender su mercancía como vendedor ambulante. Sus lugares de trabajo varían, pero por la mañana, según nos cuenta, es fácil encontrarlo en la intersección de Av. Libertador Bernardo O`Higgins con Amunategui. Se coloca ahí a vender pulseras ($1.000), y a eso de las seis de la tarde cambia sus productos por poleras ($3.000).
Las ventas son un poco lentas, pero en un buen día fácilmente puede hacer unos $15.000, recaudando a fin de mes alrededor de $300.000, junto al sueldo de trabajos esporádicos. Su puesto habitual de trabajo queda cerca de la pieza que arrienda con su hermana desde hace dos años, ubicada en Amunategui con San Pablo.
Al llegar a Chile Pedro sólo traía lo puesto y algunos ahorros. Gracias a la ayuda de su antiguo jefe peruano, quien le proporcionó techo y trabajo, pudo sustentar su vida durante un año. Luego de eso decidió emprender su camino de forma independiente. Arrendó una pieza y comenzó a trabajar en el comercio ambulante.
Al llegar a Chile Pedro sólo traía lo puesto y algunos ahorros. Gracias a la ayuda de su antiguo jefe peruano, quien le proporcionó techo y trabajo, pudo sustentar su vida durante un año. Luego de eso decidió emprender su camino de forma independiente. Arrendó una pieza y comenzó a trabajar en el comercio ambulante.
A pesar de llevar sólo tres años en Chile, la suerte lo acompaña y dice estar tranquilo. Ha trabajado como ayudante de barman y en ferias locales al sur de nuestro país. En sus viajes, siempre trata de hacer negocios vendiendo artesanía al por mayor a pequeños locatarios. Pero no todo ha sido color de rosa, pues ha debido sobrellevar el peso de no ser residente y tener que realizar cada año el trámite para conseguir la visa temporaria que cubre su actual situación. No obstante, pretende continuar en nuestro país y cumplir su sueño de instalar un local estable que tenga patente en una feria o en algún lugar de Santiago.
Pedro estudió hasta cuarto medio en su país natal. Postuló a la Escuela de la Policía Nacional del Perú en el Cuzco,. Pero el puntaje que obtuvo no le alcanzó para ingresar. Cuenta también, que le gustaría estudiar alguna carrera técnica relacionada con el inglés, pues maneja lo básico del idioma.
Lo que más extraña de su país es la comida, sus tradiciones y a su familia. Aún así, los visita durante las fiestas patrias del Perú y en el año mantiene contacto vía telefónica.
Lo que más extraña de su país es la comida, sus tradiciones y a su familia. Aún así, los visita durante las fiestas patrias del Perú y en el año mantiene contacto vía telefónica.
Pedro dice que lo más difícil de trabajar en la calle sin patente es tener que arrancar de carabineros. Ha caído preso cinco veces y lo más terrible para él es la pérdida de su mercancía. Debido a esto, ha adquirido la experiencia para saber ahorrar y así comprar nuevamente sus productos.
Los vendedores ambulantes, a través de distintas señas se cuidan entre ellos. Pedro, cada vez que observa a sus pares levantarse con rapidez o al escuchar un silbido, sale corriendo, pues es la señal de que merodean en el lugar los carabineros que andan de civil. Mientras Pedro daba la entrevista, en dos oportunidades tuvo que tomar sus cosas y huir. Al rato después volvía a ubicarse en su puesto.
Los vendedores ambulantes, a través de distintas señas se cuidan entre ellos. Pedro, cada vez que observa a sus pares levantarse con rapidez o al escuchar un silbido, sale corriendo, pues es la señal de que merodean en el lugar los carabineros que andan de civil. Mientras Pedro daba la entrevista, en dos oportunidades tuvo que tomar sus cosas y huir. Al rato después volvía a ubicarse en su puesto.
Pedro Quinto es un tipo tranquilo y sonriente. A pesar del vaivén de su jornada laboral dice estar feliz y querer seguir luchando por sus sueños aferrándose a Dios y la Virgen. Se muestra algo tímido, cuando algún tema lo incomoda o lo hace rememorar situaciones difíciles, se balancea de un lado para otro jugando con la pulsera que trae en su muñeca izquierda, como excusa para esquivar la vista. Accede fácilmente a contar su vida y está orgulloso de su hazaña emprendida hace tres años.
A futuro, Pedro quisiera ahorrar dinero suficiente para arrendar o comprar una casa. Pretende quedarse en Chile para estudiar y luego emprender viaje al resto de Latinoamérica. Dice estar seguro de conseguirlo gracias a su esfuerzo y perseverancia. Pero su prioridad por el momento está en obtener la residencia para él y su hermana ya que ve en nuestro país la oportunidad para afianzar sus sueños y por qué no, lograr una estabilidad.
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1 comentario:
Tuvieron un buen acceso a Pedro y lo supieron aprovechar. La historia está bien reporteada y narrada. Todo está correcto. El post flaquea un poco en la selección de fotos: son en general parecidas, aunque ganan con los detalles, sobre todo con el de la pulsera.
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